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martes, 3 de mayo de 2011

Érase una vez...

La idea de unir interpretación del patrimonio y museos de bellas artes, surgió al amparo de unas prácticas de museología que realicé en el museo arqueológico de Villajoyosa (Alicante). Allí su director Antonio Espinosa comenzó a mostrarme la utilidad de la Interpretación del patrimonio como herramienta eficaz para la gestión del patrimonio. Valiéndose de técnicas comunicativas a la hora de presentar el patrimonio, ha demostrado muy buenos resultados en el ámbito del patrimonio natural. Además el mundo museológico de la  etnología y la arqueología también ha sido suscptible de usar la interpretación del patrimonio, cosechando muy buenas sensaciones.
Por lo tanto, ¿por qué no aprovechar esta "poderosa" disciplina en términos comunicativos al poco accesible mundo del arte? En concreto, las grandes pinacotes mundiales que reciben anualmente ingentes cantidades de visitantes en sus salas. 
Así nació la idea-proyecto-tesis (llámese como se quiera, porque a mí me parece casi lo mismo) para realizar un estudio del uso que se hace de la Intepretación del patrimonio, en las salas de los  principales museos de bellas artes y arqueología de nuestro país. De tal forma que podamos concluir, en cierta manera, los recursos comunicativos-didácticos que dichos museos utilizan en sus discursos museográficos, en pos de una comprensión y disfrute mayor de sus colecciones por parte de los visitantes.
Ciertamente podremos concluir si los museos de bellas artes, principalmente, se preocupan por que su mensaje llegue al público preocupándose del lado didáctico,o si por el contrario, solo buscan ser espacios de contemplación pasiva, en el que el espectador pasa a ser una oveja más de ese rebaño perdido, huérfano de conocimientos, que vagan de sala en sala, de cuadro en cuadro, esperando acabar la visita y poder decir que ha estado en dicho museo.

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